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El informe de McKinsey 2025 revela todo sobre el futuro del aprendizaje

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La revolución del aprendizaje ya empezó — y no hay marcha atrás

 

La inteligencia artificial (IA) ya no es una promesa ni un titular futurista.


Según el nuevo informe The State of AI 2025 de McKinsey & Company, más del 75 % de las organizaciones del mundo ya usa IA en al menos una función.

 

Y no hablamos solo de automatización: hablamos de un cambio de código en la forma en que pensamos, trabajamos y aprendemos.

El aprendizaje tradicional está en terapia intensiva.


El trabajo se reescribe con algoritmos, y la educación todavía intenta entender qué pasó.


Mientras tanto, la IA no espera: enseña, corrige, evalúa y mejora más rápido que nosotros.

 
 
 

🤖 La IA no viene a ayudarte: viene a reprogramarte

 

McKinsey lo dice sin rodeos: usar IA no alcanza.


Las empresas que logran resultados son las que reconstruyen sus procesos alrededor de la IA, no las que la tratan como un accesorio tecnológico.

¿Y la educación?
Sigue haciendo exactamente eso: usar IA como si fuera una app simpática.
La IA no asiste: rediseña la docencia, la evaluación y la forma de aprender.

Los que todavía piensan que “la IA es una ayuda” están viendo el cambio pasar por la ventana.


Los que aprenden a integrarla ya están diseñando el futuro de la educación.

 
 
 

De la adopción al impacto: el salto que falta

 

El informe de McKinsey muestra una paradoja: casi todos usan IA, pero pocos obtienen valor real.


Las empresas que lo logran no son las más tecnológicas: son las que cambiaron su mentalidad.

En el mundo educativo, esto significa dejar de hablar de “transformación digital” y empezar a hablar de “reinvención pedagógica”.


No se trata de enseñar con IA, sino de enseñar para un mundo donde todo tiene IA.

 
 
 

Upskilling, reskilling y el fin del aprendizaje pasivo

 

McKinsey lo resume con una frase demoledora: “La única ventaja competitiva sostenible es aprender más rápido que los demás.”

El upskilling ya no es un programa opcional.


Es la nueva alfabetización.
Las empresas están reentrenando a su gente para pensar, decidir y crear junto a la IA.


Y las universidades deberían estar haciendo lo mismo con sus alumnos.

Porque el título ya no es garantía de nada.


El futuro pertenece a quienes aprenden a aprender con IA.

 
 
 

Gobernanza, ética y liderazgo: quién manda acá?

 

Solo el 28 % de las organizaciones tiene a su CEO involucrado en la estrategia de IA.


En educación, esa cifra sería todavía menor.


Y sin liderazgo, la IA se vuelve un caos silencioso: decisiones sin ética, sesgos que se replican, datos que se malusan.

Gobernar la IA no es controlarla: es aprender a convivir con ella con propósito.


La educación necesita dejar de temerle y empezar a dirigirla.

 
 
 

Del aula al algoritmo

 

Imaginá un entorno donde:

  • Un sistema detecta el riesgo de deserción antes de que ocurra.

  • Un asistente de IA crea planes de estudio en segundos.

  • Cada alumno tiene su propio tutor virtual que entiende su ritmo, su humor y su motivación.

Eso ya está pasando.


No en el futuro, sino ahora.


El aula dejó de ser un lugar: es un sistema vivo de datos, aprendizaje y adaptación.


La educación que no entienda esto, simplemente quedará fuera del juego.

 

 
 
 

🚀 Entonces… ¿qué hacemos ahora?

 

  • Dejar de jugar con la IA.
    No es un gadget, es el nuevo lenguaje del trabajo.

  • Reinventar cómo enseñamos y aprendemos.
    Si el proceso no cambia, el resultado tampoco.

  • Formar a los formadores.
    El docente del futuro no compite con la IA: colabora con ella.

  • Construir confianza y cultura.
    La brecha no es digital: es emocional. Hay que enseñar sin miedo.

 
 
 

En fin...

 

La IA ya está tomando lista.


Y mientras algunos siguen discutiendo si usarla es hacer trampa, otros ya la están usando para aprender diez veces más rápido.

El informe de McKinsey 2025 lo deja claro:


El que no entienda cómo integrar IA en su forma de aprender, no se está quedando atrás — está quedando afuera.

Porque el futuro del aprendizaje no es humano o artificial.


Es humano + IA, y empezó ayer.

 
 
 
Fuente principal

 

McKinsey & Company (2025)The State of AI: How organizations are rewiring to capture value

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